Óleo sobre lienzo
Ha sido el soporte favorito desde el Renacimiento hasta nuestros días, por su facilidad para el transporte y almacenaje y óptima conservación. La tela evita las molestas y antiestéticas grietas que a menudo afloran en la madera debido a oscilaciones térmicas o de humedad, y permite la realización de pinturas de mayores dimensiones. Además, muchos artistas aprovechan la trama del tejido para crear efectos expresivos particulares. Los lienzos suelen exhibir un aspecto más mate que la pintura sobre tabla, aunque muchas veces esto se mitiga con la aplicación de barnices como acabado final. Las telas más utilizadas para pintar son el lino, la arpillera y el algodón.
Los artistas venecianos de final del siglo XV fueron los primeros que utilizaron el lienzo libre montado sobre un armazón. La tela alcanzó su máximo esplendor como soporte en el siglo XIX con los impresionistas, cuando se comenzó a extender la pintura al aire libre y se hicieron necesarios soportes más ligeros y fáciles de transportar.
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